lunes, septiembre 03, 2007

Bailando en la oscuridad

Podríamos decir que corté polea, que tal vez tiré la toalla, que algún pato despistado se me fue de la fila, o que el budín del horno se me incineró. Esta vez autorizo a que lo digan y me jacto como personaje principal de este relato, para dar fe que lo insinuado anteriormente es cierto. Nosé como explicarlo, y creo que no me interesa hacerlo tampoco, solo sé que hay momentos en los que uno necesita gritar, patalear, enojarse mucho, llorar, hacerse bolita y dejarse llevar, escupir eso que duele, que asusta, que nos lastima y nos hace tener miedo.
Fue una semana fea, temible y terrible, como esas que hace tiempo supieron acompañarme. Por primera vez en la vida, sí, primera vez, me vi y sentí débil, vulnerable, muy vulnerable. Creo que la palabra que me gusta para describir la sensación (aunque no sean correctas, suenan como quiero) sería “superable” o “vencible”. ¡Cómo asusta eso dios! Que complejo es dejar de dar ciertas cosas por sentado. Creo que si practicáramos semanalmente esto, nuestras perspectivas y prioridades se modificarían a tal punto, nuestras decisiones se alterarían tanto, que al final del ejercicio nos sería imposible volver a esa primera instancia y continuar con la misma indiferencia con la que vivíamos. Mmm, me estoy pareciendo a la pastora Irma, perdón. Que estaré escribiendo, sepan disculpar, pueden dejar de leer ahora mismo, es mas, se los exijo! Dudo que mas abajo haya algo por lo que valga la pena que sigan perdiendo su tiempo. Háganme caso!
Yo, que siempre fui catalogada como un ejemplo de “enTereza” y fortaleza, yo, que siempre tengo la palabra justa para el desdichado de al lado, y yo, que tantas cosas mas!
Acá estoy, intentando reinsertarme en el camino, pero me cuesta mucho, lo siento más rápido y desconsiderado, justo ahora que le suplico, le imploro, que me tenga paciencia y me espere No hay caso, hay que conseguir el envión y saltar nuevamente, en eso estoy, juntando fuerzas para hacer el gran salto y volver con todo, como siempre.
Intenté siempre bajar la complejidad de la vida a simples valores, por sobre todo a detalles sencillos, porque para mí, la vida ante todo tendría que ser así, sencilla: vivible. Cada vez que mi cabeza baila mucho y se golpea, necesito volver a estas bases. Y ahora es allí a donde necesito llegar, a donde alguna vez estuve.

Sale así, sin filtro, nose que escribí.

“No debemos dejar de explorar, porque al final de nuestra exploración llegaremos a nuestro punto de partida y conoceremos el lugar por primera vez.”

T. S Eliot