jueves, mayo 18, 2006

Pinguinos matan Código




Corajudos obreros del frío. Con sus dos caras: la oscura, de la despedida, de la incertidumbre, del miedo; la blanca, triunfante, la de la panza llena, la de la tarea cumplida, la del reencuentro.
Una vida basada en la supervivencia, pero no dentro de la naturaleza, sino de los vínculos forjados dentro de ella.
Comienza con una danza, con un encuentro, con una elección. Luego el deber es claro, no existen las dudas, el titubeo. Una madre que parte en busca de alimento, enfrentando miedos y el peso de la enorme mochila que significa dejarlos. Un padre que hace de hogar, permanece rígido, concentrado, conciente de la enorme importancia de la tarea designada.
Pasan varios días, el reencuentro y un despertar a la vida, para luego volver a despedirse. La cara del padre se viste de negro, la madre blanca, se transforma en ese inmejorable refugio que impide el paso de la tempestad. Los días cada vez mas luminosos, varios sustos, y la pregunta en la cabeza que retumba. Lo lograrán? Ya caminan solos, son independientes, solo esperan el reencuentro.
Otra danza, otra marcha, pero esta vez de a tres.

Nosé porque escribí esto. Solo se que recién llego del cine y estoy harta de escuchar y ver tanto merda y quilombo por El Código Da Vinci. Hartaaaaa, mal. No puede ser che, y encima dicen que es aburrida! No tengo nada contra la película, si contra los medios y el circo que montan por una pinche película, de un pinche best-seller.

Pero por favor! Aprendamos de los pinguinos.

miércoles, mayo 17, 2006

Volvemos?