SUSHI CON STELLA

La noche comenzaba con sus integrantes desperdigados por la casona de Palermo que los albergaba, entretenidos entre lomos y tintos continuados.-

El emdemoniado vicio los reunía en la terraza, donde mientras se disctuía la posibilidad del nacimiento de Álvaro, la recién llegada entregaba un presente a Matilda, mientras los demas sentenciábamos que "no se lo merece", y que tenía que devolverlo.

Ella, hizo caso omiso a las severas acusaciones, y embolsó el regalo nomás...

De la terraza al tercer piso, donde comenzaba la lucha de titanes, que se iniciaba con dardos verbales, y tuvo su clímax con la reverenda patada en el culo que Meg le dió a Brad. Ante la inóspita reacción de la madre del equipo, todos atónitos, vimos como corría a los brazos de Riggy, mientras amenazaba a su contrincante: "vení, ahora; veni, a ver si te animás", invocaba una y otra vez, ubicada detrás de las anchas espaldas del cantante pop latino.

En medio de este incordio, nos sorprendió un canto lejano de feliz cumpleaños, y bajamos a los saltos - algunos aplaudían para ir creando clima - hasta encontrarnos con las delicias de chocolate que nos devolvieron las fuerzas para continuar con la noche de locura que se avecinaba.-

Satisfechos de azúcar retornamos al tercer piso, GAS DE POR MEDIO que liberó Meg en su asenso, acusando fuertemente a Jenn: INJUSTICIA!

Una vez instalados, Matilda, y Riggy trataban de animar el "evento Sushi", pero no encontraban la llave de acceso...hasta que en un arranque de inspiración, sonó un Alcides ensordecedor al ritmo de: "No la dejes ir, no la dejes ir, porque, te lo digh yo, quien es? Violeta...", y una Matilda enfurecida con la dureza de sus compañeros, le dedicó semejante insulto musical a Meg, quien estalló en carcajada, dando así nomás, nacimiento a una noche de reencuentros.-

No se todavía como nunca se acabó el vino y como Stella se la bancó toda la noche (todavía no lo entiendo), no entiendo como Phoebe entendía algo, pese a su jetlag, y a tener todavia un pie en Austria, como nos nos echaron a la mierda, como terminaron todos en tercer piso, acompañando a este grupo de dementes que planeaba, canción a canción, el enlace pagano de Matilda y Riggy.

Y así, entran con Fading like a Flower, en los anillos sonará Nena de Andrés; y se despedirán con Gold. La canción que decretaron para la consumación del matrimonio fue la despedida de la noche.-

Alto momento nos regaló Meg, cuando abandonó la consola por un instante para delitarnos con el pasito "Johnny Tolengo".

Hoy, mientras dejaba atrás mi rol de Britney-Bridget del que no me puedo escapar cuando suena la música y corre el tinto, tenía flashes que todavía no puedo concebir:

Meg, la mejor DJ de los últimos tiempos, hizo sonar los temas que nos unieron siempre, contándoles, con cada elección, la banda sonora de la familia argentina; y mientras eso sucedía, Brad, Jenn & myself, hacíamos coreos retro, que incluian saltos mortales, trepadas en las escaleras, y caidas repentinas, para la risa de todos los espectadores.

Recuerdo un baile canino con gua - guau Kila como intérprete principal, y la adultez de Riggy y Brad acompañándola, trapo en mano...creo que He-man todavia no puede creer la cantidad de infradotados que metió en su casa, ni yo misma, como siempre logarmos, con pocos ingredientes, la receta perfecta de una noche inlvidable.-

No hubo vertical ni pirueta que dejáramos de hacer, y cuando sobre el final, se nos unían los restantes, incluida la homenajeada Winona, tambien conocida como Sushi, no hubo santo que la frenara a la hora de bailar cuarteto, ni cumbia, reggeton, ni mucho menos, dejar de saltar cuando fue el turno del punchi - punchi...

Y nos fuimos... y mientras picaban los autos por Palermo, en cada semáforo, mi corazón en venta nos depidió.-

Hasta la próxima.-